Muy extendido en Alemania, Inglaterra, Suiza y Francia, donde el Estado prefiere invertir en las Madres de Día, pero de momento no es el caso de España.
Ahora mismo los ratios máximos están regulados por cada Comunidad Autónoma, y son: entre 6 y 8 para niños menores de 1 año; entre 10 y 13 para niños entre 1 y 2 años; entre 16 y 20 para niños entre 2 y 3 años, lo cual imposibilita que los niños reciban la cantidad y calidad de atención que realmente necesitan, y que establezcan un vínculo afectivo con la persona que les está atendiendo.
Los niños menores de 3 años no necesitan socializarse, la primera necesidad de un niño en sus 3 primeros años de vida es el amor y el cuidado de su madre. Desde esta base se construyen unos cimientos sólidos para las futuras relaciones afectivas y sociales, para ello se necesita contacto físico y presencia.
Para ser Madre de Día es necesario tener vocación y estar muy concienciada y comprometida con la educación. Pensamos que el entorno hogareño es el mejor lugar para criar a un niño , al menos, durante los 3 primeros años de su vida, utilizando el juego y sus propios intereses como método de aprendizaje. Les ofrecemos un entorno estimulante con materiales poco definidos donde pueden trabajar su imaginación y la versatilidad de dichos objetos, lo que pretendemos es que experimente y sea el protagonista de su propio desarrollo “se aprende de lo que se siente”.
Consideramos el juego como un ámbito de aprendizaje en el que los niños adquieren modelos de comportamientos y habilidades que les servirán en el futuro para su adecuada inserción en el mundo adulto. Realmente se trata de aprovechar la actividad lúdica como punto de partida para proponer y realizar tareas útiles, orientadas a dirigir objetivos educacionales; como por ejemplo cuidar de un huerto o hacer la comida.
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